Capitulo 11 Durante La Cena y la Historia de Fernanda

Y el restaurante, como prometía era buenísimo. Malena no había llegado cuando nos sentamos. El maitre muy amablemente nos condujo a la mesa de la "Señorita Malena A." y nos trajo los menús.
Yo: Rober, me siento mal por estar aqui. Nos estamos aprovechando de la pobre Malena.
¿Yo había llamado pobre a Malena? Seguro que tenía fiebre.
Rober: Tampoco es para tanto. He estado en sitios mejores.
Yo: ¿Te he dicho que estás muy guapo con corbata?
Rober: No.
Yo: Pues estás muy guapo.
En ese momento Ella entró por la puerta. Iba irreconocible. Llevaba un vestido de noche negro, largo y de brillantina. Como si fuera a la opera o algo así. Se sentó en silencio junto a mi.
Malena: Espero no haberos hecho esperar mucho.
Yo: Para nada...
Rober: Muy bien, Malena. Pero no creas que te dejaré pagar.
Malena: Es una invitación. Yo lo pagaré.
Yo: Rober, no insistas. Ella quiere hacerlo.
Malena: Gracias, Andrea.
La situación no era tan incomoda como me imaginaba.
Rober: Bueno, ¿me vas a decir por que me has invitado?
Malena: Sabes que te quiero.
¡¡MENUDA GUARRA! ¿Y yo estoy pintada en la silla o algo de eso? Sinvergüenza, menos mal que no me callo una.
Yo: Malena, perdóna pero no me faltes al respeto.
Malena: Déjame hablar por favor. Rober, no te molestaré mas, pero quiero que me cuentes como pasó todo.
Yo: Perdó, Rober, ¿podemos hablar un momento?
Arrastré a mi novio a una esquina.
Rober: ¿Que?
Yo: ¿Se lo vas a contar? Quiero decir, ¿vas a decirle que estamos juntos gracias a ella?
Rober: La verdad Andrea. Le diré la verdad.
Volvimos a la mesa.
Malena: ¿Y bien?
Rober: La gran culpable de que esté con Andrea eres tu y te tengo que dar las gracias. Si no fuera por ti, no me habría dado cuenta de que es la mujer de mi vida.
Yo creo que Malena rebentó por dentro porque se puso rojísima de rabia.
Yo: Nos conocimos por casualidad. Él me tiró al suelo y nos hicimos amigos. En el intermedio vino a ver qué me parecía el musical y me besó. Al salir fuímos a una fuente y mirando las estrellas nos juramos amor eterno en plan Romeo y Julieta, pero sin un final...
Malena pronunció algo como "eso ya se verá", se levantó y pagó. Después se acercó a nosotros.
Malena: Nos vemos mañana.
Y dicho esto se fué. Rober y yo empezamos a reir.
Yo: Entonces, ¿nos vamos o nos quedamos?
Rober. Vámonos.
Subimos a su coche y le quité la corbata. Él se desabrochó un botón o dos de la camisa y nos fuímos.
Rober: ¿Que quieres hacer? Creo que Adri, Lola y los demás están en un bar por aquí cerca.
Yo: Quiero estar junto a ti. ¿Te gusta el plan?
Rober: Tenemos que descansar... Mañana va a ser un gran día. Fernanda dice que lo harás genial.
Yo: Es una gran persona. Me cae genial.
Rober: Ella era una gran María. Se merece todo lo bueno que le está pasando, lo ha pasado fatal.
No me podía imaginar que alguien tan bueno como Fernanda hubiera tenida a nadie para hacerle daño, era demasiado cruel.
Rober: Su anterior novio, le rompió el corazón. Ella vino de Mexico, porque era Maria allí y se convirtió en la prota aquí. Su novio se llamaba Carlos, y por lo visto era un niño bien. Se rió de ella, la presentó a sus amigos y al parecer la hizo sufrir mucho, ella lo pasó fatal y estuvo a punto de...
Yo: ¡¡NO!!
Rober: Si. Encontró un apoyo fuerte en mi tío y desde entonces pasa del amor. Al parecer el tal Carlos se cansó de ella y se enamoró de otra. Un imbécil. Ella ha sido muy fuerte.
Me hacía a la idea. Yo también tenía un Carlos detrás mío y era insoportable.
Yo: Pobre Fernanda, ahora mismo me encantaría darle un abrazo.
Rober: Pues mira, tienes suerte. Ahí está.
Con Adri, Ana, mi hermano y Lola. También estaba Guillermo. Se lo estaban pasando en grande. Yo salí disparada y me tiré al cuello de Fernanda.
Fernanda: ¿A que viene tanta efusividad?
Yo: Nada, tenía ganas de verte.
Las horas pasaron en un vuelo.
Isma: Andre, tienes que dormir. Mañana es tu gran día...
Fernanda: Eso es cierto. Tienes que estar al 100%.
Rober me acercó a mi casa y me llevó hasta mi habitación. Mis padres dormían.
Rober: Te quiero.
Yo: Te diría que te quedaras a dormir, pero no se como se lo tomarán mis padres.
Rober: Yo también tengo que descansar.
Rober me besó en cuello y siguió por mi clavícula. Era agradable estar con él. No lo cambiaría por nada.
Rober: Me voy.
Yo: ¡Quedate! Mañana es mi gran día y quiero estar contigo esta noche. Solo dormir ehh.
Rober se carcajeó y se acostó a mi lado. Me quedé dormida en su pecho.