Capitulo 22 Adiós Amor Mio

No podía reponerme. No tenía la fuerza necesaria para levantarme y soltar la columna. Necesitaba que él estubiera conmigo, que me tomara en sus brazos, que me dijera "Te Quiero" y me besara. Pero eso ya nunca mas pasaría. Eramos dos extraños ahora. El iría a Brodway y yo... ¿Que sería de mi ahora? Bueno, seguiría mi camino. Seguramente Rober no estaba en mi destino y por eso ahora me lo arrancaban de los brazos.
¿¿??: ¿Andrea?
Oh no, reconcoí esa voz familiar.
Yo: ¿Que haces aqui Carlos?
Carlos: Me acaban de llamar. Voy a ser el nuevo Mario.
En ese momento explotó algo dentro de mi. Me levanté y me encaré con él.
Yo: Pues que sepas que nunca le llegarás al anterior ni a la altura de la suela del zapato.
Y lo dejé con la palabra en la boca. Llegué a mi camerino y allí estaba toda la comitiba.
Ana: ¡¡Andrea!!
Adri: ¿Dónde estabas?
Yo: Solucionando algo pendiente.
Lola: ¿Y Rober?
Se me escapó una lágrima que fué facil ocultar.
Yo: Chicos, teneis que saber que...
En ese momento, Rober abrió la puerta. Estaba enfadado y no le culpo. Había destrozado su bello y fuerte corazón con esas estupidas palabras que le escupí como si fueran veneno.
Fernanda: ¿Que pasa Rob? ¿Has tomado ya una decisión?
Rober: Me voy a Brodway, chicos. Hoy será mi última función.
Los chicos espresaron su descontento pero yo esbocé una sonrisa. Por lo menos rozaría sus labios por última vez.
Ana: ¡Pero Rober!
Adri: Tío...
Rober: Está decidido. Es lo mejor.
Lola: ¿Y Andrea?
Todos se volvieron a mirarme y yo aparté la mirada.
Rober: ¿No os lo ha dicho? Me ha dejado.
Fernanda: ¿¡QUE!?
Rober: Para ella todo esto ha sido un puñetero juego. Ha estao jugando conmigo y ahora se ha cansado. Espero que seas feliz y que disfrutes de la decepción.
Y se fué. Yo empecé a llorar, si es que no había empezado anyes sin darme cuenta.
Ana: ¿Andrea que ha pasado?
Les conté toda la historia. Aunque no incluí la principal razon, las palabras sangrantes que Guille me había dirigido. El tiempo apremiaba y ya teníamos que salir. Le eché valor y salí a actuar. Y ahí estaba él, como el primer día... Y me besó. ¿Como decirle que lo quería? Que antes de llegar si quiera a concerle, mucho antes ya le quería. Era el dueño de mi corazón <3 y de mi alma. Al acabar el musical me volvió a besar y no supe nada mas de él.
Adri: Andrea, lo siento...
Adri me abrazó.
Yo: No sabes cuanto lo siento yo...
Adri: Creo que mañana tienes que venir a despedirlo.
Yo: No Adri, es mejor asi.
Adri: Te llevo a casa. Tengo que dejar a Ana.
Me dejaron en casa.
Ana: ¿Pasamos mañana a buscarte?
Yo: No voy a ir chicos. El no quiere saber nada de mi y yo... He sido tan cruel... Teniais que haber visto sus ojos. Esos ojos verdes, expresaban tanta desilusión, tanto amor a la vez... Lo siento chicos, no puedo...
Me fuí corriendo y pasé sin saludar a mis padres. Me acosté, esperando que pasara la noche y se llevara este mal día. No soñé esa noche, porque no pude conciliar el sueño. Cada vez que cerraba los ojos lo escuchaba y lo veía. Esa última frase...
Rober: ¿Tu...no... me quieres?
El quería que yo me fuera con el a Nueva York...
Me desperté a las 8. El avión se iba a las 10. No podía ir a despedirme solo lo lograría hundir mas en la miseria. El tiempo pasó volando mientras me debatía. ¿Pero que estaba haciendo? Yo lo quería... Tenía que ir al aeropuerto. Me vestí, me arreglé y bajé corriendo. Mi hermano se había ido ya a despedirlo. ¿Que estarían haciendo? Estarían todos y la persona a la que él mas quería ver no estaba. Odié con todas mis fuerzas a Andrew Lloys Webber y a su maldito fantasma, a pesar de haberlos adorado toda mi vida. Eran las 9:55 cuando bajé del taxi. Un mar de personas desfilaban por el aeropuerto. Yo corrí con todas mis fuerzas, pero al parecer, llegué tarde. Los chicos lloraban ya frente a una gran ventana. Cuando llegué lo ví en la pista mirandolos. Se le abreron los ojos al verme.
Yo: ¡¡ROBER!!
Y salté tirando a mi paso a todas las azafatas, pero cuando llegué, era demasiado tarde. Me mandó un beso por la ventanilla del avión. Se había ido. Lo había echado de mi vida y ahora, solo podía susurrar esta frase:
Yo: Adiós, Amor mio...