Capitulo 32 Ahora

Entre en el despacho de Guille. El estaba euforico.
Guille: ¿Algun problema, Andrea?
Notaba como su opinión de mi iba cambiando. Desde el mas profundo de los odios hacia unos meses, al amor mas potente en estos momentos.
Yo: Tenía que hablar con vosotros...
Guille: Acerca de la gira que empieza mañana, ¿verdad?
Mierda, la gira... No me acordaba.
Fernanda: No estés nerviosa... Verás que bien, cada dia en un lugar nuevo.
Yo: Me han ofrecido un papel en otro musical.
Los dos se quedaron blancos, sin duda, se esperaban todo menos eso. De repente, Guille se puso muy serio.
Guille: ¿Y que vas a hacer?
Me pasé la mano por la cabeza, intentando despejar mis ideas.
Yo: No lo sé, Guille. Estoy hecha un lío...
Fernanda: Pues tienes que decidirte.
Guille: ¿Puedo saber que musical se interesa por ti?
De repente, noté que Guille, por alguna razón incomprensible volvía a odiarme con todas sus fuerzas.
Yo: Es la segunda parte del Fantasma de la Opera. Julia Möller fué quien me recomendó para el papel.
De repente, el rostro sereno de Guille se crispó.
Guille: ¿Julia?
Y abandonó la habitación como una exhalación...
Yo: ¿Está bien?
Fernanda: ¿No conoces su historia con Julia?
Yo: Rober me contó algo.
Fernanda: ¿Y que vas a hacer?
En ese momento sonó mi movil. Era Julia.
Yo: ¿Que pasa Julia?
Julia: Verás Andrea... No se como decirte esto...
Yo: ¿Que pasa?
Julia: Pues resulta...
Entonces Rober entró por la puerta y me arrebató el movil. Estaba visiblemente enfadado.
Rober: ¿Julia? Si... ¿Pero como ha podido pasar? Con estas condiciones yo, sintiendolo mucho me vuelvo a Brodway. ¿Cómo ha podido hacerlo?
Julia estaba enfadada tambien, se notaba y Rober... echaba humo. Cuando por fin colgó, pude hablar.
Yo: ¿Que pasa?
Rober: ¿Que que pasa?
Fernanda: Traquilo Rober...
Rober: Esa... puff. Christine ha movido hilos y te ha quitado el papel.
Yo: ¿Que?
Rober: Ahora que yo no me voy a quedar corto. Voy a hacer lo posible para que esta misma noche la echen.
Y salió corriendo.
Yo: Rober, me da igual que esa pajara me haya quitado el puesto.
Pero no me escuchó. Menudo día, entre Guille y Rober me iban a matar a disgustos. Pero yo no podía hacer nada, solo callar.
Fernanda: Bueno, ¿al final te quedas no?
Pasé un brazo por encima de sus hombros y le dije:
Yo: ¿Lo dudabas?
Y las dos nos fuimos riendonos por el pasillo. Aunque cuando me tirara a la... de Christine a la cara, se iba a enterar de quien era Andrea Cuesta