Capitulo 29 A 3 Bandas

Asi era. La unica persona a la que jamás yo había pensado que Rober pudiera besar, a quien odiabamos los dos, a quien todo el mundo odiaba, a Malena. Tenía que haber alguna explicación, claro, pero mi enfado momentaneo me hizo tomar una decisión precipitada. Cuando llegué a casa telefoneé a Julia.
Julia: ¿Si?
Yo: Hola Julia...
Julia: ¿Andrea? ¿Te pasa algo?
Yo: Nada importante... Solo quería decir que acepto.
Julia: Genial Andrea, no te arrepentirás de ello.
Yo: Eso espero.
Les di la noticia a mis padres a la mañana siguiente, a la vez que lo del premio. Les encantó. Trabajar con o para Andrew Lloyd Webber era el sueño de mi madre asi que, estaba llena de entusiasmo y felicidad. Cuando me arreglé y salí de casa para ir al ensayo del Fantasma, Rober estaba en la puerta.
Rober: Hola. ¿Cómo has dormido?
Yo: Seguro que peor que tu. Dejame pasar, llevo prisa.
Rober: Un momento... ¿Que te pasa? ¿Por que me hablas asi?
Yo: ¿Yo? ¿Cómo te he hablado? Como te mereces...
Rober: No te entiendo, ¿que pasa?
Estaba furiosa y Rober me estaba pinchando. Era dificil, porque lo amaba mas que a nadie, pero salté.
Yo: ¿Que que pasa? Eso tendrías que decirmelo tu, ¿no? ¿Que anoche todo bien con Malena?
Rober se puso pálido.
Rober: ¿Me viste con ella?
Yo: Si, tengo el don de la oportunidad. Muy bonito engañarme y volver conmigo solo por una noche, para aprovecharte y burlarte de mi. ¿Te gustó verdad? Espero que hayas traído cacahuetes. Me lo prometiste, Rober y lo has vuelto a hacer. Ahora, por favor, déjame.
Rober: Andrea todo tiene una explicación...
Yo: ¡Que bien! Yo te la diré. Le metiste la lengua hasta la campanilla a Malena delante de otra que no se quien era... Que planazo...
Rober: Era Christine. Había vuelto buscandome, detrás de mi. No aceptaba que lo nuestro hubiera terminado. La dejé por ti, ¿sabes? Y yo le dije que estaba contigo, pero como no te encontraba y Malena me estaba persiguiendo la aproveché para que Christine me dejara en paz. Pero ahora tengo a las dos encima y encima tu me haces esto Andrea...
Joder, ¿por que tenia esa capacidad de cagarla siempre con la persona a la que mas quería?
Yo: Rober yo... No lo sabía.
Lo abracé, pero el se retiró de mi abrazo.
Rober: Tal vez sea mejor que nos demos un tiempo...
Empecé a llorar. Si era eso lo que el quería, yo, otra vez mas, no debía estorbarle.
Yo: Si es lo que quieres...
Me intenté ir, pero Rober me cogió por la cintura. Me dió la vuelta y quedamos cuerpo a cuerpo.
Yo: ¿Que?
Rober: Soy un imbecil. Perdóname...
Y me besó. Sus labios insuflaron en mi esa chispa que creía perdida. Pero ahora... Había aceptado en el musical de Julia.
Yo: Tengo que ir al Lope de Vega, ¿me llevas?
Rober: Yo también voy. Tengo que firmar el contrato.
Yo: ¿Que contrato?
Rober: Te dije que me había tomado unas vacaciones en Brodway, pero no que había dejado de trabajar. Soy el Fantasma en la secuela del musical aqui en Madrid.
Mi mente reboloteó al rededor del espacio sideral cuando esas palabras salieron de su boca.
Yo: Me han ofrecido ser Christine. Por eso voy al ensayo.
Rober: ¿Ha sido Julia?
Yo: Si.
Rober: ¿Y vas a aceptar?
Yo: Creo que tecnicamente ya he aceptado sin darme cuenta. Pero se puede hablar.
Cuando llegamos al teatro, Julia me esperaba en la puerta. Estaba cambiada, su precioso pelo liso y lacio ya no estaba, llevaba una notable peluca de rizos oscuros.
Julia: Hola, Andrea. Rober...
Rober: Julita...
Rober levantó a Julia en peso.
Julia: Jajaja bajame...
Rober obedeció.
Julia: Me encanta que aceptes.
Yo: Julia, me gustaría verlo primero antes de tomar una decisión.
Julia: Venga, vamos.
Entramos en el gran teatro. Verdaderamente parecía la guarida misma del Fantasma de la Opera. Era genial. Los decorados eran magnificos y el vestuario de época era precioso. De hecho, sin ningun tipo de replica habría aceptado. Me senté en la butaca principal y observé en ensayo. La historia tenía gancho y era preciosa. Las canciones conmovedoras y el musical tenía mas de un beso. De repente alguien se sentó a mi lado. La reconocí. Su pequeña y atractiva figura me llamaron la atención.
¿¿??: Andrea, ¿verdad?
Yo: Si.
No necesitaba preguntarlo, por que ya lo sabía, pero aun así...
Yo: ¿Tu eres?
Christine. Era ella. ¿Que había venido a hacer aqui?